El 27 de abril del 2018, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se reunieron en una histórica cumbre bilateral celebrada en la Zona Desmilitarizada (DMZ). Ambos líderes caminaron de la mano sobre la frontera y se comprometieron a la desnuclearización de la península, a mejorar las relaciones económicas y a finalizar oficialmente la guerra entre las dos Coreas, en armisticio desde 1953.
Esta cumbre es la tercera realizada entre ambos países. Sin embargo, en esta ocasión ha diferido de las anteriores ya que Kim ha sido el primer líder norcoreano que ha aceptado ir a Corea del Sur.
Uno de los acontecimientos más importantes de la reunión fue cuando el presidente surcoreano hizo entrega del documento denominado ‘Nuevo Mapa Económico de la Península Coreana’. En él se establece la construcción de tres rutas que, en caso de aceptarse, podrían suponer la potenciación de las relaciones económicas entre los dos países.
La primera ruta se basaría en la mejora a los accesos de energía y recursos minerales, la creación de una planta energética y el establecimiento de conexiones entre Corea del Norte, Corea del Sur y Rusia. La segunda sería una ruta industrial que potenciase el desarrollo económico conjunto. En cuanto a la tercera ruta, esta se basaría en atraer más turismo, especialmente, a la Zona Desmilitarizada que comparten las dos Coreas.
Finalmente, las dos países acordaron reunirse con EE. UU. y China para mejorar la cooperación. En este contexto, se enmarcará la reunión que el próximo 12 de junio tendrán el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Kim Jong-un en Singapur.
La comunidad internacional se mantiene expectante ante los resultados de dicha reunión y de la evolución de las relaciones entre las dos Coreas, ya que su estabilización podría suponer una apertura al comercio y la inversión internacional.